
Intervención de Francisco P. Ramos-Marrau en el seminario “Testimonios de la Solidaridad Internacional” el 7 y 8 de Marzo de 2007, en el Palacio San Martin de la Cancilleria Argentina.
La solidaridad desde el exilio
"Fue fundamental en la denuncia del genocidio, en el fortalecimiento institucional de las organizaciones de DD.HH y en la solidaridad con el pueblo argentino. Impulsa los Juicios a Militares y Civiles involucrados en crímenes de lesa humanidad, consolidando el principio de Justicia Universal.
El exilio es una de las asignaturas pendientes de la sociedad, y de la política gubernamental de Derechos Humanos"
Quiero agradecer la decisión de realizar este seminario y a las personas que lo han organizado.
He retornado hace relativamente poco tiempo.
Tras un corto e intenso periodo en Brasil, estuve en Alemania y España.
En Brasil, fui detenido con Matías, mi hijo, y su madre. La detención se produjo en San Pablo, juntamente con el matrimonio Ricci- Brega.
Salimos en libertad, por la solidaridad de muchas personas brasileñas, a quienes recordare toda la vida. La liberación del matrimonio Ricci-Brega y su posterior exilio político en Suecia, se produjo ante la instancia que presentamos en el ACNUR.
Si bien allí inicie el exilio, con ciertos torbellinos por los coletazos “de la Operación Cóndor”, era de transito, por tanto, considero que mi exilio, comenzó en Alemania y continuo en España. Por la limitación del tiempo que tiene cada ponencia, tratare de trasmitirles estos largos e intensos periodos, con algunas pinceladas significativas. En la última parte enunciare algunas reciprocidades inconclusas.
En mi primer exilio en Alemania, coincidí con una treintena de familias Argentinas exiliadas, gracias al salvataje del Sr. Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana. Este grupo de exiliados expresaban la diversidad ideológica de la Argentina, distante al de tres o cuatro partidos modelados en democracia. Representaban todas las sensibilidades, salvo a los tiranos.
En la formación del organismo que nos permitiera realizar la denuncia y solidaridad con Argentina, llego otra treintena de personas, con sus familias, que habían salido en libertad después de estar presos bajo el poder Ejecutivo.
Así es que formamos el (CAD) Comité Argentino por la Democracia, que organizo muchos actos de denuncia de lo que pasaba en Argentina, campañas, como la del mundial del 78 y fundamentalmente, ayudo al fortalecimiento de organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y abuelas de Plaza de Mayo.
Mirando retrospectivamente esa época, sobresalen la "asamblea fundacional del CAD", en la Ciudad de Colonia, Alemania, en donde se acordó trabajar por consenso, priorizando la tarea de denuncia a la junta militar y la solidaridad al pueblo argentino, sobre la parcialidad partidaria.
El trabajo de denuncia realizado, creando opinión en los medios de comunicación, y espacios favorables, para, quizás lo más importante, la logística, ofrecida a las Asoc. de DD.HH, que fue significativa para que crecieran institucionalmente.
El CAD trabajó desde 1978 hasta 1985, publicó un periódico en alemán y español, “Die Argentinische Nachrichten” que se podía encontrar en algunos kioscos de ciudades donde había exiliados, y era un instrumento de denuncias y relaciones en actos, y citas oficiales. “Noticias argentinas”, en español, era para amalgamar a los propios exiliados que formaban el CAD, e informar a los exiliados de otros países.
(he dejado de lado las vicisitudes que el exilio le impregna a cada exiliado, y que son tantas y tan extensas, porque dan lugar a tratarlas en otros escenarios,)
La agenda, además de nuestras reuniones nacionales, (estábamos diseminados en todo el país) estaba compuesta por actos de denuncia y solidaridad, por las innumerables tramitaciones en municipios, iglesias e instituciones de todo tipo para hacer conocer y apoyar, como decía, a las incipientes organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y Abuelas de Plazo de Mayo.
El trabajo fue de militantes por la democracia. Adaptar el trabajo en otro ámbito cultural diferente y una lengua difícil, fue menos dificultoso que la carencia de expresiones políticas afines, como lo tenían los exiliados chilenos, por ejemplo con los partidos socialistas y comunistas. No obstante al cierre de nuestro comité, el partido de Los Verdes, que ya estaba bastante consolidado, el SPD, Amnesty Internacional, ONGs y las Iglesias Católicas y Evangélicas fueron un gran pilar de nuestra labor.
Simultáneamente, cada exiliado intentaba fortalecerse personalmente, yo comencé a desarrollar mis pasos en el urbanismo. Primero completando mis estudios en la facultad de arquitectura y urbanismo de Aachen. Posteriormente, trabajando en la facultad y en la ciudad. Fue permanente la incursión investigativa sobre la planificación territorial.
Los años 90 me encuentran en mi segundo exilio, en España. Allí, el exilio político activo, estaba contenido fundamentalmente, en la Asociación Argentina Pro DD.HH. de Madrid, cofundada por Carlos Slepoy, y en la Plataforma contra la Impunidad de Barcelona.
Desde que el Fiscal Español. Carlos Castresana, en 1996, a los 20 años del golpe, pone la denuncia ante la Audiencia Nacional, en Madrid, los exiliados, con sus asociaciones, pasan a ser Parte de la "Acusación Popular" en los juicios. La instalación de la posibilidad de que la Audiencia Nacional Española, tuviera competencia, para juzgar los crímenes por genocidio, de crímenes de Lesa Humanidad; que son imprescriptibles y que se deben juzgar independientemente del lugar en que fueron cometidos, en gran parte se debe a la tarea desarrollada por los exiliados argentinos.
El haber logrado que la Audiencia Española, se expidiera favorablemente, tiene mucho que ver con el intenso trabajo desarrollado: Eventos explicativos de la necesidad de estos juicios, fundamentalmente, por lo ocurrido en Argentina, en Chile, y en Guatemala, y sobre todas las cosas, porque internacionalizaba la responsabilidad que tiene la Comunidad internacional ante estos gravísimos hechos criminales y que están contemplados en la declaración sobre DD.HH de las Naciones Unidas, desde hace ya 58 años, y que hasta ese momento era papel mojado.
Fue inolvidable, la vigilia del 28 y 29 de octubre de 1998, en calle Génova, dónde está la Audiencia Nacional, a 100 metros de plaza Colón. Con la plaza repleta de gente, esos 100 metros y los medios de comunicación del mundo, pendiente de esta histórica resolución. Los discursos de los abogados de las acusaciones particulares, en el recinto, y la brillante y emocional intervención de Carlos Slepoy, aclamadas por todos. El Pleno de la Sala de la Audiencia, por unanimidad, vota a favor. Y el abrazo y los llantos duró toda la jornada.
En la organización de la vigilia participaron los exiliados de toda España, de Alicante, de Valencia, Sevilla, Barcelona y Madrid; Y de Francia, con exiliados de Paris y Grenoble. Que habíamos tenido un encuentro preparativo, en Barcelona.
Desde allí salieron las consignas que se vieron en todo el mundo: “una noche sin sueño para que la humanidad viva mejor”.
Hasta ese momento habíamos organizado la campaña de firmas europea para conseguir 500.000 firmas de apoyo a los juicios, que las entregamos públicamente en la Audiencia Nacional, de Madrid.
Aunque aún siguen llegando, entre 1997 y 1999 pasaron por Madrid centenares de victimas del genocidio, para dar sus testimonios ante el juez Garzón: (algunos de ellos están presente en este seminario) Horacio Vervinsky, Marcela Bordenabe, Graciela Daleo, Mario Villani, Miguel D´gostino, una delegación de la CTA., con Víctor Degenaro, Víctor Mendillin, Alberto Piccinini; Hebe de Bonafini, Stella de Carlotto, una delegación de La FUA., Víctor Basterra, Adriana Calvo, Adolfo Pérez Esquivel, Emilio Mignone, Alfredo Bravo, el Pastor José de Luca, que nos ha abandonado hace muy poco,.... y muchos más.….. Barcelona fue escenario, de un seminario internacional contra la impunidad en la Casa Central de Abogados, cuando era incipiente el desarrollo de los juicios, y Madrid, con un Congreso Internacional, sobre el principio de justicia Universal, en el salón de actos de la Facultad de Medicina, para intercambiar experiencias y contribuciones teóricas a algo que ya había comenzado sin retorno: la aplicación del principio de Justicia Universal.
Durante dos días, personalidades del mundo analizaron la nueva buena que traía la experiencia madrileña. Junto a Rigoberta Menchú estubimos entre otros, Estela de Carlotto, Horacio Vervinsky, José Luis Galán, Carlos Castresana, Carlos Slepoy. Fueron eventos internacionales importantisimos, mentados por el exilio y coorganizado por el exilio para la Justicia Universal. Una buena contribución para la lucha contra la impunidad.
Parte de este camino lo transitamos junto al exilio chileno formando “la Coordinadora contra la Impunidad en Chile y Argentina”. La detención de Augusto Pinochet en Londres, el procesamiento y sentencia de Scilingo, numerosas causas abiertas, y sobre todo la detención en México de Ricardo Miguel Cavallo, por la participación en delitos de lesa humanidad cometidos en Argentina, la posterior extradición y detención del ex marino, en España. Es el mejor ejemplo de los pasos que a partir de estos juicios está dando la Justicia Universal.
Toda esta arquitectura para poder juzgar a los genocidas, tuvo el reflejo constante en las primeras páginas de los periódicos. Está todo documentado. Esta contribución, con los juicios en otros países, y que continúa, (hace pocos días se ha pedido la extradición de 40 militares y civiles) tuvo una enorme influencia en el cauce de los juicios en Argentina, para abrirlos o continuarlos y para el desarrollo del fortalecimiento de la política de DD.HH.
En España, continué mirando al país con ojos de urbanista. Cómo incorporaron la infraestructura, el catastro, la planificación del territorio y la gestión de las regiones!!!, cómo lograron mayor equilibrio social!!!
Ahora bien, aunque históricamente el destierro ha sido la pena máxima que se le aplicaba a alguien para castigarlo, para los argentinos este concepto a funcionado extremadamente ambiguo.
Que los meritos a la labor del exilio no se la ha reconocido suficientemente y por lo tanto no se la ha divulgado, todos lo sabemos. La desaparición de 30.000 personas, las torturas sufridos por miles de personas y las detenciones de tantas otras en campos de concentración o cárceles, han tapado la categoría de castigo al exilio argentino, dejándola huérfana en esa familia de victimas a la violación de los derechos humanos, y tampoco ha permitido darle la dimensión que tiene, el inmenso trabajo desarrollado para una Argentina más justa y democrática.
No se ha tratado bien al exilio, o mejor dicho no se lo ha tratado. La ciudadanía tiene conceptos confusos del exilio. Todos recordaran, a mi me lo han contado, que cuando se estreno la película “Tango, el exilio de Gardel”, de Pino Solanas, o “Mirta desde Liniers a Estambul”, de Jorge Coscia, el tema del exilio intereso poco, por eso se las presento más como una historia de tango o de amor... después tuvieron bastante éxitos.
Las numerosas organizaciones de DD.HH en Argentina, que han trabajado y muchísimo por las victimas, por la verdad, la justicia y la memoria, lo han hecho de acuerdo al grado de las victimas. La vida las fue llevando a esta forma de defensa de los derechos pisoteados, y también, quizás, es una expresión del exterminio que ejecutaron los genocidas. Las causas, y consecuencias fueron iguales para todos, el dolor no tiene rango. Pero en definitiva, tampoco incorporaron al exilio como una bandera de la violación a los DD.HH, y los sucesivos gobiernos en la transición han, demostrado poco y nada.
Nunca hubo una verdadera política de retorno al exilio, y obviamente no se crearon los instrumentos para que ello ocurriese. Hay que revertir esta injusticia, no puede quedar este agujero histórico sin llenarse. A la memoria, de los hechos aberrantes, que destruyo al cuerpo social de la republica, le faltan piezas. Ojala que se completen. Más vale tarde, que nunca.
Por tanto, sigue pendiente, que se le de el espacio que le corresponde al exilio. Para la memoria de nuestro pueblo, para el reconocimiento a la contribución a la denuncia de lo que aquí pasaba y no se podía decir por el terror imperante. Por la contribución al fortalecimiento institucional a las organizaciones de DD.HH, y por la incansable lucha para que se haga justicia y que los genocidas vayan a cárcel común. Queda pendiente que el exilio tenga presencia en cada uno de los espacios de memoria; en la nominación de espacios públicos como plazas y calles de todo el país. Está aún pendiente una reparación histórica al exilio. Sabemos que las causas que traban estas decisiones no son económicas. Aunque muchas veces se ha mirado para otro lado con esta excusa.
He retornado, no hace mucho, y estoy contento de haberlo hecho, porque hay un marco social y político mejor, están muchos de mis afectos y hay tantas cosas para hacer en este sitio, que vale la pena. El solo pensar en una Argentina Planificada, con justicia y equidad me entusiasma enormemente.
En estos 30 años, he tenido dos momentos personales significativos sobre el reconocimiento al exilio,- el primero fue en septiembre de 1977, días después de llegar a Alemania, cuando el Sr. Heinz Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana, me presenta ante la comunidad de la ciudad de Bochun, en un Acto realizado al efecto, dándome la bienvenida a la ciudad y al país. En su discurso dijo: "queremos que esté en paz, nosotros, queremos contribuir a eso ofreciéndole el calor humano que necesita todo persona que ha luchado por la libertad, que ha visto peligrar su vida por el terror incomprensible de los militares, que en Argentina han hecho derramar mucha sangre. Y que con otros países de la América latina han hecho un plan siniestro del imperio del terror….." Cerro su intervención "deseando que el exilio, sea lo más corto posible, porque él sabe, lo que significa el destierro, y que el posterior retorno sea justo y permita el aporte que necesita todo país que retoma el camino institucional". Estas palabras, han quedado grabadas para siempre. No es para menos, fueron dichas, después de salir del terror, con la tres A, el golpe militar, y la situación de riesgo, incluyendo cárcel en Brasil, por el mencionado Plan Cóndor, y tenia un mensaje al final, sobre el retorno y la contribución al país.
El segundo momento lo viví en la ciudad de Concordia, a principios del 83, había venido a visitar a mi familia, por primera ves, después de 6 años. Una compañera de los tiempos de Córdoba, Olga Fonsea, ejerciendo el exilio interior, me invito a un asado, que para mi sorpresa, fue multitudinario, lo habían organizado para homenajear a los Exiliados y a los Ex-Presos políticos.
Este seminario, en el que incorpora al exilio, organizado por el gobierno de la Nación Argentina, a casi tres años de mi retorno, a 24 años de la vuelta a la democracia y cerrando el ciclo de homenajes por el 30 aniversario del golpe genocida, es un seminario que empieza a poner, en valor, la labor del exilio.
Bienvenido sea.
Este es, por lo tanto, mi tercer momento personal significativo.
Es posible que en los próximos meses sumemos más momentos especiales, cuando el Sr. Dressel, que salvó a centenares de personas de Chile, Argentina, y Brasil, y acogió en la ciudad de Bochun, a los exiliados en su casa, el campus de la iglesia Evangélica Alemana, reciba el merecido homenaje. Muchas, muchas gracias.
finalmente, creo prudente recordar que no es natural que Jorge Julio López esté aún desaparecido.
La solidaridad desde el exilio
"Fue fundamental en la denuncia del genocidio, en el fortalecimiento institucional de las organizaciones de DD.HH y en la solidaridad con el pueblo argentino. Impulsa los Juicios a Militares y Civiles involucrados en crímenes de lesa humanidad, consolidando el principio de Justicia Universal.
El exilio es una de las asignaturas pendientes de la sociedad, y de la política gubernamental de Derechos Humanos"
Quiero agradecer la decisión de realizar este seminario y a las personas que lo han organizado.
He retornado hace relativamente poco tiempo.
Tras un corto e intenso periodo en Brasil, estuve en Alemania y España.
En Brasil, fui detenido con Matías, mi hijo, y su madre. La detención se produjo en San Pablo, juntamente con el matrimonio Ricci- Brega.
Salimos en libertad, por la solidaridad de muchas personas brasileñas, a quienes recordare toda la vida. La liberación del matrimonio Ricci-Brega y su posterior exilio político en Suecia, se produjo ante la instancia que presentamos en el ACNUR.
Si bien allí inicie el exilio, con ciertos torbellinos por los coletazos “de la Operación Cóndor”, era de transito, por tanto, considero que mi exilio, comenzó en Alemania y continuo en España. Por la limitación del tiempo que tiene cada ponencia, tratare de trasmitirles estos largos e intensos periodos, con algunas pinceladas significativas. En la última parte enunciare algunas reciprocidades inconclusas.
En mi primer exilio en Alemania, coincidí con una treintena de familias Argentinas exiliadas, gracias al salvataje del Sr. Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana. Este grupo de exiliados expresaban la diversidad ideológica de la Argentina, distante al de tres o cuatro partidos modelados en democracia. Representaban todas las sensibilidades, salvo a los tiranos.
En la formación del organismo que nos permitiera realizar la denuncia y solidaridad con Argentina, llego otra treintena de personas, con sus familias, que habían salido en libertad después de estar presos bajo el poder Ejecutivo.
Así es que formamos el (CAD) Comité Argentino por la Democracia, que organizo muchos actos de denuncia de lo que pasaba en Argentina, campañas, como la del mundial del 78 y fundamentalmente, ayudo al fortalecimiento de organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y abuelas de Plaza de Mayo.
Mirando retrospectivamente esa época, sobresalen la "asamblea fundacional del CAD", en la Ciudad de Colonia, Alemania, en donde se acordó trabajar por consenso, priorizando la tarea de denuncia a la junta militar y la solidaridad al pueblo argentino, sobre la parcialidad partidaria.
El trabajo de denuncia realizado, creando opinión en los medios de comunicación, y espacios favorables, para, quizás lo más importante, la logística, ofrecida a las Asoc. de DD.HH, que fue significativa para que crecieran institucionalmente.
El CAD trabajó desde 1978 hasta 1985, publicó un periódico en alemán y español, “Die Argentinische Nachrichten” que se podía encontrar en algunos kioscos de ciudades donde había exiliados, y era un instrumento de denuncias y relaciones en actos, y citas oficiales. “Noticias argentinas”, en español, era para amalgamar a los propios exiliados que formaban el CAD, e informar a los exiliados de otros países.
(he dejado de lado las vicisitudes que el exilio le impregna a cada exiliado, y que son tantas y tan extensas, porque dan lugar a tratarlas en otros escenarios,)
La agenda, además de nuestras reuniones nacionales, (estábamos diseminados en todo el país) estaba compuesta por actos de denuncia y solidaridad, por las innumerables tramitaciones en municipios, iglesias e instituciones de todo tipo para hacer conocer y apoyar, como decía, a las incipientes organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y Abuelas de Plazo de Mayo.
El trabajo fue de militantes por la democracia. Adaptar el trabajo en otro ámbito cultural diferente y una lengua difícil, fue menos dificultoso que la carencia de expresiones políticas afines, como lo tenían los exiliados chilenos, por ejemplo con los partidos socialistas y comunistas. No obstante al cierre de nuestro comité, el partido de Los Verdes, que ya estaba bastante consolidado, el SPD, Amnesty Internacional, ONGs y las Iglesias Católicas y Evangélicas fueron un gran pilar de nuestra labor.
Simultáneamente, cada exiliado intentaba fortalecerse personalmente, yo comencé a desarrollar mis pasos en el urbanismo. Primero completando mis estudios en la facultad de arquitectura y urbanismo de Aachen. Posteriormente, trabajando en la facultad y en la ciudad. Fue permanente la incursión investigativa sobre la planificación territorial.
Los años 90 me encuentran en mi segundo exilio, en España. Allí, el exilio político activo, estaba contenido fundamentalmente, en la Asociación Argentina Pro DD.HH. de Madrid, cofundada por Carlos Slepoy, y en la Plataforma contra la Impunidad de Barcelona.
Desde que el Fiscal Español. Carlos Castresana, en 1996, a los 20 años del golpe, pone la denuncia ante la Audiencia Nacional, en Madrid, los exiliados, con sus asociaciones, pasan a ser Parte de la "Acusación Popular" en los juicios. La instalación de la posibilidad de que la Audiencia Nacional Española, tuviera competencia, para juzgar los crímenes por genocidio, de crímenes de Lesa Humanidad; que son imprescriptibles y que se deben juzgar independientemente del lugar en que fueron cometidos, en gran parte se debe a la tarea desarrollada por los exiliados argentinos.
El haber logrado que la Audiencia Española, se expidiera favorablemente, tiene mucho que ver con el intenso trabajo desarrollado: Eventos explicativos de la necesidad de estos juicios, fundamentalmente, por lo ocurrido en Argentina, en Chile, y en Guatemala, y sobre todas las cosas, porque internacionalizaba la responsabilidad que tiene la Comunidad internacional ante estos gravísimos hechos criminales y que están contemplados en la declaración sobre DD.HH de las Naciones Unidas, desde hace ya 58 años, y que hasta ese momento era papel mojado.
Fue inolvidable, la vigilia del 28 y 29 de octubre de 1998, en calle Génova, dónde está la Audiencia Nacional, a 100 metros de plaza Colón. Con la plaza repleta de gente, esos 100 metros y los medios de comunicación del mundo, pendiente de esta histórica resolución. Los discursos de los abogados de las acusaciones particulares, en el recinto, y la brillante y emocional intervención de Carlos Slepoy, aclamadas por todos. El Pleno de la Sala de la Audiencia, por unanimidad, vota a favor. Y el abrazo y los llantos duró toda la jornada.
En la organización de la vigilia participaron los exiliados de toda España, de Alicante, de Valencia, Sevilla, Barcelona y Madrid; Y de Francia, con exiliados de Paris y Grenoble. Que habíamos tenido un encuentro preparativo, en Barcelona.
Desde allí salieron las consignas que se vieron en todo el mundo: “una noche sin sueño para que la humanidad viva mejor”.
Hasta ese momento habíamos organizado la campaña de firmas europea para conseguir 500.000 firmas de apoyo a los juicios, que las entregamos públicamente en la Audiencia Nacional, de Madrid.
Aunque aún siguen llegando, entre 1997 y 1999 pasaron por Madrid centenares de victimas del genocidio, para dar sus testimonios ante el juez Garzón: (algunos de ellos están presente en este seminario) Horacio Vervinsky, Marcela Bordenabe, Graciela Daleo, Mario Villani, Miguel D´gostino, una delegación de la CTA., con Víctor Degenaro, Víctor Mendillin, Alberto Piccinini; Hebe de Bonafini, Stella de Carlotto, una delegación de La FUA., Víctor Basterra, Adriana Calvo, Adolfo Pérez Esquivel, Emilio Mignone, Alfredo Bravo, el Pastor José de Luca, que nos ha abandonado hace muy poco,.... y muchos más.….. Barcelona fue escenario, de un seminario internacional contra la impunidad en la Casa Central de Abogados, cuando era incipiente el desarrollo de los juicios, y Madrid, con un Congreso Internacional, sobre el principio de justicia Universal, en el salón de actos de la Facultad de Medicina, para intercambiar experiencias y contribuciones teóricas a algo que ya había comenzado sin retorno: la aplicación del principio de Justicia Universal.
Durante dos días, personalidades del mundo analizaron la nueva buena que traía la experiencia madrileña. Junto a Rigoberta Menchú estubimos entre otros, Estela de Carlotto, Horacio Vervinsky, José Luis Galán, Carlos Castresana, Carlos Slepoy. Fueron eventos internacionales importantisimos, mentados por el exilio y coorganizado por el exilio para la Justicia Universal. Una buena contribución para la lucha contra la impunidad.
Parte de este camino lo transitamos junto al exilio chileno formando “la Coordinadora contra la Impunidad en Chile y Argentina”. La detención de Augusto Pinochet en Londres, el procesamiento y sentencia de Scilingo, numerosas causas abiertas, y sobre todo la detención en México de Ricardo Miguel Cavallo, por la participación en delitos de lesa humanidad cometidos en Argentina, la posterior extradición y detención del ex marino, en España. Es el mejor ejemplo de los pasos que a partir de estos juicios está dando la Justicia Universal.
Toda esta arquitectura para poder juzgar a los genocidas, tuvo el reflejo constante en las primeras páginas de los periódicos. Está todo documentado. Esta contribución, con los juicios en otros países, y que continúa, (hace pocos días se ha pedido la extradición de 40 militares y civiles) tuvo una enorme influencia en el cauce de los juicios en Argentina, para abrirlos o continuarlos y para el desarrollo del fortalecimiento de la política de DD.HH.
En España, continué mirando al país con ojos de urbanista. Cómo incorporaron la infraestructura, el catastro, la planificación del territorio y la gestión de las regiones!!!, cómo lograron mayor equilibrio social!!!
Ahora bien, aunque históricamente el destierro ha sido la pena máxima que se le aplicaba a alguien para castigarlo, para los argentinos este concepto a funcionado extremadamente ambiguo.
Que los meritos a la labor del exilio no se la ha reconocido suficientemente y por lo tanto no se la ha divulgado, todos lo sabemos. La desaparición de 30.000 personas, las torturas sufridos por miles de personas y las detenciones de tantas otras en campos de concentración o cárceles, han tapado la categoría de castigo al exilio argentino, dejándola huérfana en esa familia de victimas a la violación de los derechos humanos, y tampoco ha permitido darle la dimensión que tiene, el inmenso trabajo desarrollado para una Argentina más justa y democrática.
No se ha tratado bien al exilio, o mejor dicho no se lo ha tratado. La ciudadanía tiene conceptos confusos del exilio. Todos recordaran, a mi me lo han contado, que cuando se estreno la película “Tango, el exilio de Gardel”, de Pino Solanas, o “Mirta desde Liniers a Estambul”, de Jorge Coscia, el tema del exilio intereso poco, por eso se las presento más como una historia de tango o de amor... después tuvieron bastante éxitos.
Las numerosas organizaciones de DD.HH en Argentina, que han trabajado y muchísimo por las victimas, por la verdad, la justicia y la memoria, lo han hecho de acuerdo al grado de las victimas. La vida las fue llevando a esta forma de defensa de los derechos pisoteados, y también, quizás, es una expresión del exterminio que ejecutaron los genocidas. Las causas, y consecuencias fueron iguales para todos, el dolor no tiene rango. Pero en definitiva, tampoco incorporaron al exilio como una bandera de la violación a los DD.HH, y los sucesivos gobiernos en la transición han, demostrado poco y nada.
Nunca hubo una verdadera política de retorno al exilio, y obviamente no se crearon los instrumentos para que ello ocurriese. Hay que revertir esta injusticia, no puede quedar este agujero histórico sin llenarse. A la memoria, de los hechos aberrantes, que destruyo al cuerpo social de la republica, le faltan piezas. Ojala que se completen. Más vale tarde, que nunca.
Por tanto, sigue pendiente, que se le de el espacio que le corresponde al exilio. Para la memoria de nuestro pueblo, para el reconocimiento a la contribución a la denuncia de lo que aquí pasaba y no se podía decir por el terror imperante. Por la contribución al fortalecimiento institucional a las organizaciones de DD.HH, y por la incansable lucha para que se haga justicia y que los genocidas vayan a cárcel común. Queda pendiente que el exilio tenga presencia en cada uno de los espacios de memoria; en la nominación de espacios públicos como plazas y calles de todo el país. Está aún pendiente una reparación histórica al exilio. Sabemos que las causas que traban estas decisiones no son económicas. Aunque muchas veces se ha mirado para otro lado con esta excusa.
He retornado, no hace mucho, y estoy contento de haberlo hecho, porque hay un marco social y político mejor, están muchos de mis afectos y hay tantas cosas para hacer en este sitio, que vale la pena. El solo pensar en una Argentina Planificada, con justicia y equidad me entusiasma enormemente.
En estos 30 años, he tenido dos momentos personales significativos sobre el reconocimiento al exilio,- el primero fue en septiembre de 1977, días después de llegar a Alemania, cuando el Sr. Heinz Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana, me presenta ante la comunidad de la ciudad de Bochun, en un Acto realizado al efecto, dándome la bienvenida a la ciudad y al país. En su discurso dijo: "queremos que esté en paz, nosotros, queremos contribuir a eso ofreciéndole el calor humano que necesita todo persona que ha luchado por la libertad, que ha visto peligrar su vida por el terror incomprensible de los militares, que en Argentina han hecho derramar mucha sangre. Y que con otros países de la América latina han hecho un plan siniestro del imperio del terror….." Cerro su intervención "deseando que el exilio, sea lo más corto posible, porque él sabe, lo que significa el destierro, y que el posterior retorno sea justo y permita el aporte que necesita todo país que retoma el camino institucional". Estas palabras, han quedado grabadas para siempre. No es para menos, fueron dichas, después de salir del terror, con la tres A, el golpe militar, y la situación de riesgo, incluyendo cárcel en Brasil, por el mencionado Plan Cóndor, y tenia un mensaje al final, sobre el retorno y la contribución al país.
El segundo momento lo viví en la ciudad de Concordia, a principios del 83, había venido a visitar a mi familia, por primera ves, después de 6 años. Una compañera de los tiempos de Córdoba, Olga Fonsea, ejerciendo el exilio interior, me invito a un asado, que para mi sorpresa, fue multitudinario, lo habían organizado para homenajear a los Exiliados y a los Ex-Presos políticos.
Este seminario, en el que incorpora al exilio, organizado por el gobierno de la Nación Argentina, a casi tres años de mi retorno, a 24 años de la vuelta a la democracia y cerrando el ciclo de homenajes por el 30 aniversario del golpe genocida, es un seminario que empieza a poner, en valor, la labor del exilio.
Bienvenido sea.
Este es, por lo tanto, mi tercer momento personal significativo.
Es posible que en los próximos meses sumemos más momentos especiales, cuando el Sr. Dressel, que salvó a centenares de personas de Chile, Argentina, y Brasil, y acogió en la ciudad de Bochun, a los exiliados en su casa, el campus de la iglesia Evangélica Alemana, reciba el merecido homenaje. Muchas, muchas gracias.
finalmente, creo prudente recordar que no es natural que Jorge Julio López esté aún desaparecido.
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