lunes, 3 de marzo de 2008

EL EMPUJE DEL EXILIO ARGENTINO Y CHILENO:

Jueves 1 de noviembre de 2007
MADRID


En España avanza la ley de memoria histórica

LOS JUICIOS A LOS GENOCIDAS Y CIVILES DE ARGENTINA Y CHILE EN LA AUDIENCIA NACIONAL DE ESPAÑA, FUERON EL DISPARADOR DE ESTE PROYECTO.!!!!!!

La constante lucha de ciudadanos y familiares de las victimas del franquismo, para poner en su lugar la memoria de lo sucedido en el Estado Español, durante la Dictadura del General Francisco Franco, recibio un fundamental apoyo, con "Los Juicios de Madrid".

En primera instancia, con la denuncia presentada por el fiscal Carlos Castresana el 28 de marzo de 1996, - 4 dias despues de la masiva concentración en Plaza de Mayo en recordatorio y repudio a veinte años del Golpe de Estado de la muerte, el robo, el terror y la destrucción del país, - ante la Audiencia Nacional Española para juzgar al genocidio argentino.

Y amplificada, modelada y ejecutada por la tarea que ciudadanos españoles solidarios, abogados, asociaciones, partidos políticos y sindicatos realizaron para apoyar la enorme labor de los exiliados argentinos y chilenos, para que la sociedad española la apoyara. Y para que la propia Audiencia Nacional decidiera ser competente para juzgar los crimenes de lesa humanidad, que son imprescriptibles, y que se pueden juzgar en cualquier lugar, independientemente del lugar en que hayan ocurrido.

Y la historica ejecución de los procesos llevados a cabo por el juez Baltasar Garzón - que aún sigue consiguiendo logros con el juzgamiento del asesino Ricardo Miguel Cavallo-, con centenares de testimonios presentados por las víctimas, fueron indudablemente el espejo y un disparador que la sociedad española necesitaba para avanzar en la memoria historica.

domingo, 13 de enero de 2008

RAFAEL ALBERTI

ESCAPABA DEL FRANQUISMO
Más de veinte años de exilio en la Argentina
Por: Mariana Rolandi


Aquella tierra con nosotros no fue lo buena que quisimos" comienza un poema de Rafael Alberti. Y su tierra que no fue buena para él, lo obligó al exilio, siendo Argentina su lugar de asilo y trabajo durante 24 años. Poeta, dramaturgo y pintor, el andaluz Alberti se había afiliado al Partido Comunista español y tuvo que escapar del franquismo. Llegó a la Argentina en 1940 y se quedó aquí hasta 1963. Lo acompañaba su esposa, María Teresa de León, y quiso la suerte que en Buenos Aires naciera su única hija, Aitana.Aunque el exilio suele despertar nostalgia y desarraigo, en Buenos Aires Alberti también tuvo sus dulces compensaciones. La amistad con la actriz Delia Garcés y su esposo, el director Alberto de Zavalía, fue una de ellas, vínculo del que surgieron dos películas, La Dama Duende y El gran amor de Bécquer, ambas con guiones de Rafael y María Teresa. También estuvieron presentes en esos tiempos, una lista de afectos que incluyen a Victoria Ocampo, Raúl González Tuñón, el editor Gonzalo Losada, el compositor Juan Carlos Guastavino, Oliverio Girondo y Norah Lange. Y, claro, algunos pintores, como Lino Spilimbergo, Raúl Soldi y Juan Carlos Castagnino. Se guardan aún recuerdos de La Gallarda, su casa en Punta del Este, que fue lugar de reunión para todos. ...miremos de la mano/ pampas, mares y gentes nunca vistos,/ el girar de las horas trastocadas. Mucho hay en su obra no sólo de amistades y solidaridad al expulsado de la propia tierra. Se leen en sus líneas voces y miradas que le dejó este país, en el que publicó una veintena de libros, incluyendo partes de su autobiografía: En mi cercado jardinillo de la calle Las Heras, bajo dos florecientes estrellas federales, el mareante aroma de un magnolio vecino, cuatro pobres rosales, martirizados por las hormigas, y el apretado verde de una enamorada del muro, doy comienzo a este segundo libro de mis memorias. Dejaría el poeta nuestro país pensando en Cádiz, pero debió quedarse en Roma y esperar un tiempo más. En 1992 regresó a la Argentina a realizar una serie de recitales -entre ellos uno con Enrique Llopis- y a revisitar su estancia aquí, recordando la pampa y los mares nunca vistos, que tanto tiempo le dieron asilo.

EL GRAN POETA ESPAÑOL ES EL AUTOR DEL VERSO "SE EQUIVOCO LA PALOMA"
El emocionante hallazgo de los poemas inéditos de Rafael Alberti


Los encontró la crítica Beatriz Hernanz en varios cuadernos, en una biblioteca privada. Allí estaba "Réquiem", el primer escrito del poeta. Aquí, Hernanz narra cómo fue la tarde en que le mostró sus hallazgos a Alberti.

Por: Beatriz Hernanz
Fuente: BABELIA Y CLARIN
IMPACTO. A MEDIDA QUE ALBERTI SE REENCONTRABA CON SUS TEXTOS PERDIDOS, SU CARA CAMBIABA.


Hay experiencias que quedan marcadas como ciertos amaneceres en el mar, y el hallazgo en una biblioteca privada de unos manuscritos de Rafael Alberti, sus primerísimos poemas dispersos en varios cuadernillos, fue una feliz iluminación que me hizo sumergirme durante meses en la Biblioteca Nacional, para comprobar si estaban recogidos en las distintas ediciones de las obras publicadas de Rafael."Casualidad llaman los bobos al destino", afirmaba Ginger Rogers en un musical de 1934. La frase me vino a la mente cuando descubrí que, entre más de cuarenta poemas inéditos, acababa de hallar Réquiem, el poema que Alberti consideraba el primero de su autoría. Lo había escrito en 1920, tras la muerte de su padre. En sus memorias sólo recordaba unos versos y allí se encontraba completo, acompañado de muchos otros, esperando un nuevo lector después de tantos años. Meses más tarde, concerté una entrevista con Rafael Alberti, en su casa de la Castellana. Tras las presentaciones, merendamos. El poeta se quedó plácidamente sorprendido en el reencuentro con sus primeros versos. "Niña, come otro barquillo", me decía Alberti, entre poema y poema. Su rostro se iba transformando.Comenzamos con los versos de Los Balcones Suaves, fechados en 1924, donde figuraban poemas inéditos con cierto regusto a confitería lírica, a la poesía popular de libros como El alba del alhelí, muy apropiada a esa tarde de merienda: La feria en mi corazón/ es un helado de fresa./ Se encienden por ti las frutas/ -sol de las confiterías-/ La gloria es la mejor cena./ «échame tus trenzas morena, leía Rafael, con regusto a barquillo adolescente, en el poema titulado "Reyes Magos". Continuamos en esa tarde larga y clara con El cuaderno de Mari Celina, donde se encontraban, todos inéditos, los balbuceos poéticos de Alberti. Su mirada estaba en otro sitio, en otra época, no en esa tarde de los 80. Era el muchacho que deambulaba por las calles de Madrid, dibujando en el Museo del Prado, perdiéndose tembloroso de amores en el parque del Retiro, ahumado en cafés, en ese julio de 1920.Las páginas de La arboleda perdida casi son un correlato directo del cuaderno descubierto. Muere su padre. En La arboleda perdida nos dice Alberti: "Por mucho tiempo viví triste. Me vistieron de luto. Toda mi gente se ennegreció. Comenzaron los rosarios y las misas. (...) Yo me iba de mi casa en busca de la soledad, por las afueras de mi barrio. La llanura, con sus chopos ensimismados, y el Guadarrama azul en la lejanía, fueron mis buenos compañeros de aquellos meses. Me quedaba en el campo hasta muy atardecido. Y -¡Oh milagro!- me seguían saliendo los poemas como brotados de una fuente misteriosa que llevara conmigo y no pudiera contener". El poema 18 del Cuaderno... está fechado el 3 de julio de 1920 (con idéntica datación que "Réquiem" dedicado a la muerte de su padre). Se titula Ingenuidad y está dedicado a "Chinita". Allí, Alberti ya realiza una mezcla de los elementos que van a figurar a lo largo de toda su obra: el mundo de lo popular, el espacio de la inocencia y la infancia, junto a las sombras del escepticismo, del mundo de las pulsiones sexuales, de la grisalla humana que le conduce al desengaño en sus creencias y a la ruptura con el universo establecido, para llegar hasta su conocido compromiso político. Comienza el poema hablando de las leyendas, de la infancia; la niña de diez años inocentemente quiere al poeta, se dan un beso muy largo, como los caballeros de los cuentos. Pero el poeta habla de "eso", que sabe desde hace poco tiempo. En La arboleda... recuerda sus primeras visitas a los prostíbulos, su descubrimiento del sexo. En otros poemas de este Cuaderno menciona la relación entre dos amigos y una chica, María Luisa, que tuvieron probablemente un asunto sentimental entre ellos.En otro cuaderno hallado, que he titulado Poemas agrupados, fechado pocos años después, figuran borradores en la estela de Sermones y moradas, compuestas en sus vacaciones en Cercedilla, con su amiga Maruja Mallo, y tres inéditos, dos de ellos tal vez excluidos por el poeta por tremendamente irreverentes.Parafraseando a Baudelaire, Alberti va al fondo de lo desconocido para alcanzar lo nuevo. Se ha producido una crisis profunda, sin vuelta atrás. Desecha las creencias en las que ha crecido, para dejar paso a un sistema de irracionalismo poético, a la provocación incendiaria, y hasta blasfema, que también practicará en sus poemas de la Guerra Civil. El joven rebelde quiere llegar a las raíces de la injusticia en esa España que ya raya los años 30. Alberti escribe su rabia, su desengaño, y blasfema contra todo. Es una poesía del conflicto. Heidegger decía que la obra de arte debe ser una instigación al conflicto. Rafael nos lleva en estos versos a su mundo en transformación. Es una frente la que hoy pide auxilio partida y dejada sobre las extensiones donde los buitres le declaran la guerra al viento y a la lluvia, es uno de esos poemas inéditos: duro, de sintaxis acumulativa y prófuga, que desorienta y golpea al lector, como el propio sujeto lírico. Mi visita llegaba a su fin. Casi era noche cerrada cuando abandoné de puntillas la casa de Alberti. Me vinieron entonces a la mente esos versos de Rafael que descubrí en el Cuaderno de Mari Celina: "Ha caído la tarde, y en la inmensa avenida/ ríe la paz de la luna tras la oscura arboleda".

martes, 14 de agosto de 2007

UNO DE LOS MEJORES REPRESENTANTES DEL EXILIO

PAGINA12 06-Jul-2003

Miércoles, 15 de Agosto de 2007

“Los militares deberían resignarse a ser juzgados”

CARLOS SLEPOY, ABOGADO ARGENTINO, SOSTEN DE LOS JUICIOS DE GARZON

Es una figura incansable, activa en lograr que se haga justicia con los represores chilenos y argentinos. En visita privada al país, se cruzó en el aire con la extradición de Cavallo.
Avisa que la justicia internacional es un hecho sin retorno y que las Fuerzas Armadas harían bien en aceptarlo y dejar de defenderse corporativamente: “Al menos serían juzgados en el país y dejarían de ser repudiados”.

Por Nora Veiras y
Victoria Ginzberg

“Argentina tiene la oportunidad histórica de dejar de ser el último aguantadero para los genocidas”, dice el abogado argentino Carlos Slepoy, uno de los incansables sustentos del juicio contra las dictaduras argentinas y chilenas, que instruye el juez español Baltasar Garzón.

Esa “oportunidad” se basa en la posibilidad de que el presidente Néstor Kirchner derogue los decretos que impiden la extradición de los represores y de que se anulen definitivamente las leyes de impunidad.

Slepoy vino a Buenos Aires para festejar el aniversario de cincuenta años de casados de sus padres y casi se cruzó en el aire con el marino Ricardo Miguel Cavallo, que viajaba extraditado por México a España.

“Hay que preguntarse sobre la racionalidad que tiene para las actuales Fuerzas Armadas seguir insistiendo en esta línea de defensa corporativa que los hace encubridores o cómplices del genocidio. Una medida inteligente sería que se resignen a ser juzgados, porque si no, esto volverá una y otra vez”, repite.

Ya sea en un departamento de Belgrano colmado de fotos familiares o en Madrid, el abogado de la Asociación Argentina pro Derechos Humanos no para de pergeñar los mejores argumentos para completar la acusación contra Cavallo, quien el año que viene deberá enfrentar un juicio público.

–Cavallo ya está preso en España, ¿cabe la posibilidad de que sea dejado en libertad?

–Garzón ya decidió que el tiempo de espera hasta el juicio lo pase detenido, lo cual era absolutamente previsible por la gravedad de los delitos y porque el riesgo de fuga es altísimo. Del mismo modo, la prisión de (el ex marino) Adolfo Scilingo fue ratificada hace un mes y medio. Respecto a Scilingo, se ha producido la apertura del juicio oral, que podría realizarse en el primer o segundo trimestre del año próximo.

–¿Se podrían unificar ambas causas?

–Se podría pensar que en septiembre

–salvo que ocurran novedades como que Cavallo quiera declarar

– podría cerrarse el sumario contra Cavallo y pasaría a la etapa de juzgamiento. Entonces, cabría la posibilidad de que estuvieran en condiciones de ser juzgados al mismo tiempo. Nosotros vamos a solicitar que el juicio público sea simultáneo, entre otras cosas porque los dos fueron integrantes del mismo centro clandestino de detención, porque mucha de la prueba que se produzca será común y por un problema de economía procesal.
Mientras tanto, las órdenes internacionales de detención siguen vigentes y cualquier responsable de estos delitos en el exterior podría ser detenido en cualquier lugar del mundo. Por otro lado, está la reiteración del pedido de las extradiciones, que esperamos que sean libradas rápidamente por Garzón.

–En su testimonio, ¿Scilingo reconoció a Cavallo?

–Scilingo aportó una lista muy extensa de militares que habían revistado en la ESMA, a los que él acusaba de ser partícipes de la represión, entre los cuales estaba Cavallo. Luego se dispusieron las fotos que había sacado Víctor Basterra mientras estaba prisionero (N. de R.: lo obligaban a elaborar documentos falsos para los grupos de tareas) y él reconoció a Cavallo como integrante del Grupo de Tareas. En el caso de que Cavallo quisiera declarar, podría producirse un careo.

–La defensa de Cavallo está empeñada en demostrar que actuó como militar y que, por lo tanto, tiene que pedir autorización al gobierno. ¿Cómo interpreta esta estrategia?

–Hay algo que si no fuera trágico resultaría gracioso. Cuando fue detenido, Cavallo dijo que la única relación que había tenido con los militares fue haber hecho el servicio militar. Después dijo que creía que había sido guardiamarina. Ahora argumenta que recibió órdenes y que no es responsable de todos los delitos de los que se lo acusan.
Esta pretensión de ser reconocido como militar de la Nación parece ser un tiro por elevación, un intento desesperado para ver qué puede declarar. Parecería ser como un intento de decirle a la Armada, fundamentalmente, que él está a disposición de hablar, con todo lo que ello implica. Pensemos que Cavallo estuvo en el corazón de la ESMA, en todas las tareas represivas, en todos los expolios económicos.
Ha creado a partir de aquella época, con (el represor Jorge) Rádice y otros, diversos negocios, entre otros los que lo llevaron a México. Las revelaciones que podría hacer aclararían muchísimas cosas, entre las cuales pueden estar los ficheros sobre desaparecidos, el destino que han tenido los bienes, la coordinación que se hizo en Centroamérica en relación con la represión. Me parece que cuando él hace eso...–Está extorsionando.

–Está diciendo “sáquenme de aquí” porque ve que está absolutamente perdido. En todo caso, es una buena oportunidad para que el Gobierno le diga que lo que tiene que hacer es declarar todo lo que sabe.
–¿Está contemplada alguna consideración especial en caso de que Cavallo colabore con la Justicia?

–La ley española establece un atenuante para el caso de que se preste colaboración con la Justicia y se ayude a descubrir a los autores o los efectos del delito. Con respecto al terrorismo, establece la posibilidad de bajar la pena. Podría tener algún tipo de beneficio si prestara una colaboración amplia y verdadera que sirviera para esclarecer los hechos.
Tengamos en cuenta que puede ser condenado a miles de años de prisión. El cumplimiento de la pena es de 30 años y eso se podría tener en cuenta para la ejecución de la pena.

–Durante el tiempo que Cavallo estuvo en México, ¿parecía tener apoyo institucional?

–Lo que nosotros conocimos fueron rumores de que fue visitado en diversas ocasiones por gente ligada a la Armada. Poco antes de que se resolviera su extradición, cuando ya se sabía que la Corte iba a pronunciarse, fue visitado por dos abogados de la Marina argentina.

–Trascendió que el Gobierno anularía los decretos que rechazan los pedidos de extradición de los represores, ¿cómo impactará esto en el proceso?, ¿y qué pasaría si la Corte declarara la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad?

–Con grandes dificultades pero con logros muy importantes se ha venido imponiendo la idea de la jurisdicción universal en la persecución de los crímenes de lesa humanidad. Esto implica que no hay jurisdicción privilegiada respecto de otra; es la naturaleza del crimen que se comete contra la humanidad toda lo que determina el carácter de la jurisdicción. Es decir que España no tendría que inhibirse porque haya procesos en Argentina, sólo lo haría si hubiera cosa juzgada.
Pero desde luego el hecho de que se anulen las leyes de Punto Final y Obediencia Debida haría cambiar drásticamente la situación porque, sin perjuicio de esta concepción teórica o estrictamente jurídica, hay una realidad: estos juicios se desarrollaron porque no podían impulsarse en la Argentina y en la medida en que no haya ningún fraude en la realización del juicio, si efectivamente se realizaran, dejaría de tener un sentido práctico el hecho de que se sigan desarrollando en el exterior.

–¿Qué pasaría con Scilingo y Cavallo?

–A mi entender aun cuando se anularan las leyes antes de que fueran juzgado, tendrían que seguir en el proceso español. Podría ocurrir que se les abra una causa acá por los mismos delitos y que entonces el tribunal considerara si Argentina pide la extradición si los juzgará o no.

–Ustedes ya pidieron ante Garzón que insista con los pedidos de extradición. ¿Qué sería más conveniente, esperar la derogación del decreto o reenviarlos de todas maneras?

–Es una decisión del juez. Nosotros pedimos esto por dos motivos: uno porque la detención de Cavallo ha vuelto a poner en la palestra la efectividad del procedimiento en España, la necesidad de que estos crímenes sean juzgados, el reclamo universal para que así sea. Dos, porque hemos visto que había un gobierno que no va a ser impermeable a esta situación.
Por el contrario, en esta promesa de regeneración de la sociedad argentina, este es un tema, a nuestro entender, vital. Además de hacer justicia, diseña un proyecto de sociedad futura. Tanto durante el gobierno de (Carlos) Menem como en el de (Fernando) De la Rúa, la decisión había sido que la Argentina continuara siendo refugio para los responsables de estos crímenes.
La figura que representa Cavallo intentando escapar de México para la Argentina muestra que el único refugio que tienen es la Argentina. Pensamos que éste es un gobierno que se propone por lo menos tratar de encontrar los caminos para que la Argentina deje de ser el último aguantadero de genocidas.

–Con la Alianza también parecía que se iba a tener una actitud más permeable...

–La Alianza llegó al gobierno con un apoyo muy amplio de la población en cuanto a votos y expectativas y lo dilapidó en muy poco tiempo. El proceso que tuvieron los pedidos hechos por Garzón es paralelo al proceso de degradación del gobierno de la Alianza.
Ahora está ocurriendo lo contrario: es un gobierno que subió con muy escasos votos y, sin embargo, las medidas que adopta y los mensajes que lanza le van granjeando la simpatía de la población. En la medida en que el Gobierno siga respondiendo a esas expectativas creemos que se va a fortalecer y, por ende, tenemos expectativas fundadas de que siga este camino ya sea por convicción como por conveniencia.

–Usted hacía referencia al mensaje simbólico de un discurso regenerador por parte del Gobierno, en términos simbólicos ¿cuáles son los personajes emblemáticos que podrían ser extraditados hoy?

–El máximo es Antonio Domingo Bussi. No olvidemos que él sufrió un gran golpe en el marco de este proceso cuando fueron descubiertas sus cuentas en el exterior. Bussi está en esta lista como el general Luciano Benjamín Menéndez y Alfredo Astiz.
Los que están en el pedido de extradición son los principales responsables del genocidio en la Argentina: los miembros de las juntas militares, los primeros y segundos jefes del Primer, Segundo y Tercer Cuerpo de Ejército, represores de la ESMA y de la provincia de Tucumán.

–¿Cree que el aceleramiento de este proceso puede provocar alguna reacción por parte de las Fuerzas Armadas o de los militares retirados?

–Hay que preguntarse sobre la racionalidad que tiene para las actuales Fuerzas Armadas seguir insistiendo en esta línea de defensa corporativa que los hace encubridores o cómplices del genocidio. Una medida inteligente por parte de las Fuerzas Armadas sería resignarse a que no pueden seguir sosteniendo esta situación porque una y otra vez esto vuelve, la presión internacional va a ser cada vez más formidable, el éxito de la persecución universal es incuestionable. Tendrían que pensar que podrían conseguir dos beneficios: ser juzgados aquí y no tener que cumplir sus penas fuera del país y, después, que podrían generar unas Fuerzas Armadas distintas a aquellas que hundieron a este país en el marasmo en que se encuentra hasta hoy.
Los militares argentinos tendrían que tomar conciencia de que son de los más desprestigiados del mundo y que en pocas sociedades las Fuerzas Armadas merecen tanto repudio de la población como en la Argentina.

–¿Qué posibilidad real existe de que avance el proceso de la Corte Penal Internacional teniendo en cuenta la presión que está ejerciendo Estados Unidos para garantizar la inmunidad de sus fuerzas en el mundo?

–Esto hay que verlo como un proceso histórico, es una criatura que acaba de nacer con forceps, que nace con la oposición de algunos de los países más importantes del mundo, entre ellos Estados Unidos.


Es necesario modificar el estatuto de la Corte porque se presta absolutamente a la manipulación política. La primera definición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es decir que los soldados norteamericanos gozan de inmunidad respecto de la jurisdicción de la Corte. Es algo absolutamente vergonzoso.

Está predeterminado que aunque cometan los delitos previstos en el Estatuto y los cometan en territorios de países que lo respetan, estos soldados gozan de la más absoluta impunidad. El Consejo de Seguridad puede paralizar un procedimiento o impedir su inicio, cosa que ya se ha hecho, y, además, solamente el fiscal tiene la posibilidad de impulsar la acción.

Esto es grave porque si así hubiera sido en España, no hubiera habido juicio. El estatuto debe ser modificado en el sentido de que también los organismos de derechos humanos, las víctimas, las asociaciones que las representan tengan derecho a ejercer la acción penal.

Por otra parte, el tribunal se define como complementario de las jurisdicciones nacionales. Es decir que para perseguir los crímenes contra la humanidad son imprescindibles las jurisdicciones nacionales. El hecho de que se haya podido cerrar con Cavallo todo el recorrido de la justicia universal demuestra que en muchos lugares del mundo se pueden encontrar los mecanismos para que estos crímenes no queden impunes.

–Se refirió antes a la posibilidad de que se anularan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final pero, al menos por ahora, esta Corte, que está en un proceso de transición, no parece dispuesta a hacerlo...

–Toda ley y decreto que se adoptó en relación con los crímenes cometidos por la dictadura han sido con el objeto de impedir el juzgamiento de esos crímenes. Es una constante: las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y luego los decretos de Menem y De la Rúa.

Permanentemente se dictaron normas en contra de la legislación penal argentina, en contra de la Constitución y de las convenciones internacionales pactadas. Estamos ante la oportunidad histórica de revertir ese proceso y que toda la legislación que se dicte o que se anule sea para aplicar la ley penal, la Constitución y los tratados internacionales. Del mismo modo que intervinieron los tres poderes del Estado para hacer posible esto, creemos que es hora de que intervengan para lo contrario.

La resolución de la Corte anulando las leyes es lo que correspondería estrictamente. No es función del Parlamento anular leyes. Sin embargo, hay antecedentes en el propio Parlamento: no olvidemos que anuló la autoamnistía dictada por los militares. Se alega que lo hizo porque era un gobierno de facto, nosotros sostenemos que la situación es asimilable: el Parlamento actuó bajo la evidente presión de las armas, con su voluntad viciada. Sería entonces legítimo que anule un acto viciado de origen. Son leyes que han vulnerado la tarea de otro poder como el Judicial. El Parlamento, al anular las leyes, haría una reparación.

Por otra parte, del mismo modo que un gobierno promovió esas leyes, este gobierno podría ser el gran promotor de anularlas. Sabemos que en 1998 se derogaron las leyes en un acto simbólico pero tramposo.

En ese momento, el diputado Alfredo Bravo advirtió que el tema volvería una y otra vez. Para lanzar el mensaje que está lanzando el Gobierno, de crear una sociedad posdictadura, sería importante que tuviera la iniciativa política de enviar al Parlamento una ley de este tipo. Que sea una decisión del Poder Ejecutivo, que el Parlamento la ponga en práctica y que la Corte la complemente con un fallo.

lunes, 13 de agosto de 2007

HEINZ DRESSEL, EL PASTOR LUTERANO QUE SALVO A DECENAS DE PERSONAS DURANTE LA DICTADURA

Lunes, 13 de Agosto de 2007
Página/12.


“Salga, salga de ahí, que yo lo espero”


Dressel fue condecorado recientemente en forma conjunta por las cancillerías de Argentina y Chile. En los ’70 permitió que decenas de argentinos, chilenos y brasileños pudieran marchar al exilio a través de un programa de becas. “Tratamos de ayudar a todos, nunca hicimos diferencias”, afirmó con orgullo a Página/12.

Por Alejandra Dandan

“¿Para mí?”, preguntó el pastor luterano Heinz Friedrich Dressel en voz alta, poco antes de la entrevista, a un mozo que lo llamaba desde el fondo de un salón por una comunicación telefónica. A su regreso, en su cara se veía una sonrisa dibujada, era una llamada desde Nicaragua, dijo, de una exiliada de la que no habló y no hablará más nada hasta poco más adelante, cuando lo exija el relato de su historia.

–Usted viene de Alemania, de una familia singular.

–Yo me crié en el advenimiento del Tercer Reich –comienza Dressel–, en el nazismo, y eso naturalmente influenció toda mi juventud. Cuando terminó la guerra, tenía 15 años. Me crié especialmente en la casa de mis abuelos paternos donde el hermano de mi abuelo había pasado por un seminario teológico luterano y lo habían enviado a los Estados Unidos en 1901, de ahí creo que crecí con el mito del Tío en América. En esa casa había un ambiente prenazista, al contrario de mis padres, que eran ambos miembros del Partido. En casa de mis abuelos se vivía un espíritu del nacionalismo, del imperio alemán que era de un humanismo clásico, antes de que llegara la barbarie. En la retrospectiva, eso me parece que fue importante para mi desarrollo.

–¿Qué pasó después?

–Cuando toda Alemania estaba en ruinas y mientras se proclamaba la Carta Magna de los derechos humanos, nosotros, los jóvenes de mi generación que escapamos de la muerte –porque los más grandes habían muerto en los últimos días de la guerra–, pensábamos que empezaba un nuevo tiempo, una nueva era en todo el mundo. Y así empezó un lento proceso de democratización. Yo me formé como teólogo y después me fui a trabajar como pastor a Brasil. En ese momento, estaba la guerra de Corea, luego Vietnam, y yo llegué a Brasil para la última fase del ídolo de muchos brasileños, Getulio Vargas. Después noté que no sólo en Brasil sino en todo el continente había una cosa de efervescencia.

–Allí estuvo siete años en Río Grande como pastor de las comunidades de alemanes evangélicos.

–Luego del primer tiempo en Brasil, hubo un encuentro de Iglesias en Nueva Delhi que marcó un cambio general. Yo mismo entré, digamos, en la fase sociológica. Quería saber en qué mundo vivíamos; cuántas patas tenía una silla, cuántos hijos tienen las mamás y encontré una embarazada con ¡veinte! Y los veinte sobrevivían.

–Eso terminó en un libro consultado en las universidades de la época. A partir de allí su Iglesia le hizo una nueva propuesta.

–Me preguntaron si quería asumir la dirección de una nueva institución para graduados pastores, seminarios para los estudios académicos. Hablé con mi esposa porque debíamos trasladarnos a Río Grande de nuevo y por tres años. Finalmente, lo hicimos. Nos mudamos a las montañas de Río de Janeiro donde existía la institución pero que no funcionaba. A poco de llegar, aconteció que yo viajé a Europa para tomarme las segundas vacaciones en quince años y unos conservadores de los que siempre hay en el mundo descubrieron un libro teológico que yo había publicado en Suiza y que estaba fuera de las normas de la doctrina oficial. Por esa razón, ellos convocaron a un Consejo de pastores para evaluarlo y la mayoría dijo que yo no servía. Que no se podía dejar la formación de los pastores en mis manos. Así fue que me quedé como refugiado en Alemania, porque todas mis cosas, inclusive mis libros, se habían quedado en Río de Janeiro.

–Quienes lo conocen dicen que en ese momento usted hizo su propia experiencia de exilio. ¿Por qué lo censuraron?

–Eran razones ideológicas, teológicas, digamos. Yo hablé de lo que en teología se llama cristología, la doctrina sobre Jesucristo. Católicos y evangélicos por igual hablan de las dos naturalezas de Jesucristo: una humana y otra divina. Pero la teología crítica dice que eso es imposible, que uno no puede tener dos naturas a la vez y yo defendí a Jesucristo como una persona con mucha natura, pero una natura humana. Si hubiésemos estado en la Edad Media, puedo asegurarle que ya no estaría hablando con usted.

–Porque lo hubiesen quemado. ¿Qué pasó con sus cosas?

–Me quedé como un desterrado porque ni siquiera era un refugiado: mi existencia ya era una pena y un poco más. Tuve que rearmar mi vida, con mis tres hijos. No quería aceptar cualquier comunidad porque, ya quemado y marcado, quería elegir por lo menos un ambiente que más o menos combinara con mi ideología y encontré un lugar en Frankfurt que era y es una Iglesia muy abierta y tenía un aeropuerto más o menos como Buenos Aires: el aeropuerto central del país por el que de vez en cuando pasaba algún brasileño.

Eso me permitió seguir un poco en contacto con mi Brasil, y saber qué estaba pasando. Empecé a dar charlas sobre Brasil y América latina.

Eso y mi pasado teológico en el Brasil hicieron que algunos líderes de la Iglesia global alemana vinieran a preguntarme si quería asumir la dirección de la Obra Estudiantil Ecuménica.

–¿De qué año habla? Porque eso disparó más tarde toda su relación con los exiliados argentinos.

–Fue en 1968. En Alemania se habían edificado casitas para un programa de becas, pero aún no había programa y todo cayó en mis manos. La idea era generar planes de estudio para todo el mundo, es decir: para todo el mundo subdesarrollado, no los americanos, ni Estados Unidos, ni los suecos. Africa, Corea o los países a los que se llamaba sureuropeos, en vías de desarrollo o Tercer Mundo. Eran becas de posgraduación porque la idea era, y me parece correcta, dejar a las personas en sus propios países para toda la capacitación que pudieran tomar en sus lugares y, luego, lo que no tuvieran podían hacerlo afuera. En ese momento, me propusieron empezar por Africa.

La enfermedad de una hija me obligó a ir a un lugar conocido, como no conocía Africa empecé por Latinoamérica en 1972.

–Justo a tiempo.

–A mi regreso noté que las cosas desde adentro se veían de una forma, pero que Chile no se iba a quedar como en septiembre de 1972. Allí, yo podría decir que ya estábamos preparados para recibir a los estudiantes de Chile porque era previsible lo que iba a pasar aunque la gente no lo veía, como en Argentina, porque estaban anestesiados por falta de información.

–¿Se acuerda de alguna situación, como ejemplo?

–Cuando llegué a Chile, por ejemplo, me encontré con la huelga de los motoristas porque faltaban neumáticos, pero eso no era apenas falta de algo. Detrás había otra cosa porque casi no era posible conseguir un vehículo para trasladarse.
Otra vez viajé por casualidad con un alcalde del sur de Chile. Cuando supo que yo era pastor evangélico me dijo: “¡Ahhh!... Los evangélicos son pastores, los católicos son todos comunistas”. Había muchas de estas cosas en la población, y yo volví con algunas informaciones en mi cabeza porque pude hablar con ellos y en Argentina era más o menos lo mismo.
Yo sospechaba que ese clima podía ser peligroso para algunos amigos, pero los amigos me decían que no me preocupara. Un día, me llegó una carta de un viajero desde Estados Unidos, que había despachado una carta para Alemania porque ya no era posible mandarla directamente desde Argentina por razones de censura.
Yo me di cuenta de que la persona que me escribía se estaba escondiendo porque estaba siendo perseguida por un Falcon o no sé qué. ‘¡Salga, salga, salga!’, le dije. Le dije que saliera cuando pudiera, que yo la esperaba. Se lo dije, pero ella no se daba cuenta de que estaba en peligro porque además trabajaba en el Ministerio de Acción Social.

–¿Quién fueron los primeros exiliados?

–Antes de que mi institución existiera, ya había programas de refugiados en Alemania, pero era ayuda en pequeña escala por poco tiempo, en la obra que surgió después de la guerra por necesidad. Sólo que después nadie esperaba olas y olas de personas de Latinoamérica que debían abandonar su país.

Y vamos a lo concreto, ya cuando existía el programa un día nos llamaron de una institución protestante de París que había recibido a unos exiliados brasileños y que, por casualidad, uno de ellos hablaba alemán porque el papá era alemán y por esas interrelaciones me llegaron sus datos.

Me dije que los vería y a casi todos los llevamos a Alemania. Eso fue en el principio de 1973 tal vez, y luego surgió el golpe de Chile y muchos tenían que dejar el país. Entre ellos, había un grupo de izquierdistas de Brasil que habían sido desterrados, habían pasado por Cuba, luego México y estaban asilados en Chile, después del golpe no podían volver a su país.

En el primer momento ellos estaban más en peligro que los propios chilenos. Al principio se refugiaron en la Embajada de Italia, después en México, donde les dijeron que más de tres meses no se podían quedar.

–¿Quiénes eran?

–En Brasil estaban presos y los habían cambiado por secuestrados políticos. También ellos entraron.

–¿Qué requisitos debían cumplir?

–Yo no podía dar ninguna beca para un panadero o un obrero, era un programa académico. Yo debía saber cuál era su currículum académico y saber una o dos palabras de por qué estaba en esa situación. Bueno, lo que sucedió después con ese grupo es que no pasó mucho tiempo antes de que en las hojas esas que ustedes tienen también aparecieran sus nombres como “¿Dónde están estos terroristas?”.

En ese momento, los servicios de inteligencia del mundo no tenían claro dónde estaban ellos porque habían entrado por Bélgica y todos los que llegaban ahí, eran invitados a quedarse. En ese contexto, encontré instrumentos para arreglar las cosas de otra manera porque quien tenía una beca nuestra podía entrar a cualquier país, porque nosotros pagábamos por él.

–¿No arreglaban los papeles antes, sino después?

–Sí, primero ellos empezaron a vivir con nosotros y después presentaban sus nombres al comité de selección. Pero era una cuestión de confianza también. Y lógicamente, después de unos días los mandaba a la policía de extranjeros para que se registraran como estudiantes de nuestra organización. En ese momento, los servicios secretos que existen en todo el mundo se enteraron bien de dónde estaban, sólo los periodistas aún no lo sabían.

Y yo sé que los servicios lo sabían porque cuando se celebró el campeonato mundial en Alemania, mis desterrados brasileños eran obligados a aparecer tres veces ante la policía del barrio, para que no abrieran una bandera o brasileña o roja en el campo de fútbol, o para que no les lanzaran una bomba. Cuando se aquietó Brasil, empezó Chile y después Argentina, Salvador, Nicaragua, después Africa, Filipinas o Etiopía.

Y aquí, en Buenos Aires, teníamos un puesto con el secretario general Ille que tomaba contacto con los que debían irse y salir primero por un país vecino. Hubo personas que nos ayudaron. Una persona de Naciones Unidas del Acnur que ayudó mucho y una mujer que atendía el teléfono en el Programa Nacional de Naciones Unidas para el Desarrollo que no tenía que ver con nada, pero la señora que estaba ahí y ocupaba una silla en una oficina, dijo: “Yo voy a hacer algo”.

–Las embajadas estaban sobre aviso en Argentina. Cómo hicieron ustedes para sacar a la gente. Además, ¿tenían que ser religiosos?

–No, casi nadie lo era. Habría que preguntarles a ellos pero lo que yo puedo decir es que en un momento quise explorar la frontera para encontrar una posibilidad de que la gente pudiera salir a través de Uruguay, y entrar en territorio brasileño.

Y fui porque quería pasar yo mismo. Llegué a un hotel, quería dormir ahí, pero no había estación, por eso seguí de largo. Vi otro hotel, paré el coche, entré, le pregunté al hombre si había lugar para esa noche, me dijo que sí y entonces muy aliviado pensé que tenía una cama para estar y seguir viaje a Uruguay y el hombre me dijo: “Usted ya está en Uruguay”.

¡Había atravesado una sola calle, de un lado estaba Rivera (en Uruguay) y Santo do Livramento (Brasil), que separa los dos países! Nadie me controló, y por lo tanto se podía cruzar sin policías. La cuestión era saber si controlaban a los ómnibus, pero para una emergencia se podía usar un coche.

Finalmente no se necesitó. Pero lamento hasta hoy que encontré a un argentino que no pude convencer de que se volviera conmigo. Le dije que podía arreglar todo, pero me dijo que su madre estaba muy enferma y que tenía que volver, y hasta hoy nunca más supe qué fue de su vida.

–¿Recibió presiones?

–Tal vez preocupaciones, miedo no. Con 40 o 50 años uno tiene menos escrúpulos que con 70, hoy tengo más escrúpulos a salir de acá que 30 años atrás que andaba en cualquier lado. Aun así, recuerdo un día en Chile cuando volvía de la Vicaría a mi hotel que encontré en la entrada de mi pieza a tres personas vestidas bien elegantes y se incomodaron un poquito al verme. Me dijeron que iban a pedir calefacción.

Después llega un señor que dice que viene de la Vicaría donde yo había estado unas horas antes oficialmente. Se presentaba así porque no era posible tratar ese caso en la Vicaría. Me preguntó si yo tenía tiempo y entonces pensé que tenía que decidirme en ese momento: no o sí. Y yo que tengo mucha confianza en los demás, le dije que sí. Y esa persona me presentó el caso de la chica que llamó hoy desde Nicaragua.

–¿Logró sacarla de Chile?

–Miré el caso y traté de buscar una salida inmediata en la semana o una cosa así, nunca con la línea aérea del mismo país, sino Varig, por ejemplo, pero después supe que igual era el Mercosur de la información. Bueno, todos llegaron con Varig. Pero al otro día cuando fui al aeropuerto veo que está medio vacío, compré el diario El Mercurio y de repente escucho que dicen por micrófono mi nombre, que tenía que presentarme ante la policía. No había nadie, y yo tenía el caso de la chica ésta en un bolsillo del pecho. Me encontré en una sala vacía, pedí un café y de repente viene un oficial de Canadá y me dijo: ¿Are you Mr. Dressel? El avión viajaba antes y me estaban esperando sólo a mí.

–¿Cómo hizo con esto de las becas de los estudios? ¿Si una persona estaba en peligro priorizaba rescatarla?

–Eso es un tema muy difícil porque los propios estudiantes pueden contarlo mejor. Yo le mencioné el primer caso de los brasileños que llegaron en 1972 o en el inicio de 1973, otro que llegó de Brasilia que fue cruelmente torturado, preso por nada, y salió un poco perturbado naturalmente con su esposa y un niño y entonces él tenía un bloqueo para atender el curso de lengua.

Era un hombre hecho y fue difícil sentarse para que alguien le dijera de nuevo: a, b, c. Un día se enojó, y también los profesores se quejaban. Ellos pertenecían a la institución, eran germanistas, creían que el alumno tenía que ser así y así. Y me criticaron muchas veces porque no querían que hablase portuñol con ellos.

En ese contexto, yo intenté conciliar posiciones. Les dije a los exiliados que fueran de vez en cuando a dar su cara, su fisonomía.

–Entiendo.

–O por ejemplo, en la organización, había muchos sin becas que procuraron amparo por lo menos sentimental y psicológicamente. Ellos no recibían beca, pero yo les decía, si tú consigues dar el examen de entrada al curso de alemán, entonces yo puedo pagar el plato, la comida. Hubo casos ortodoxos y no ortodoxos, y de facto nosotros nunca distinguimos entre diferentes tipos de gente.

¿POR QUE HEINZ FRIEDRICH DRESSEL?
El compromiso solidario
Hace años, los militares también avanzaron sobre ellos. Intentaron amedrentarlos colocando una bomba en la sede de la Iglesia Evangélica alemana de Buenos Aires que sigilosamente había logrado sacar del país a varias decenas de perseguidos políticos.
Un ingenioso programa de becas sirvió en ese momento para burlar a los servicios secretos de acá y de varios países del mundo.
El responsable de esa fabulosa red humanitaria que salvó a cientos de personas acaba de pasar por Buenos Aires para recibir finalmente un reconocimiento conjunto de manos de los gobiernos de Argentina y de Chile.
Durante esa estadía, el pastor Heinz Friedrich Dressel contó de su misión, de sus esfuerzos y de las presiones que vivió bajo las dictaduras continentales, surafricanas y asiáticas.
Dressel está alojado en un hotel del centro, un hotel de nombre alemán. Su cuerpo inmenso sostiene sus 77 años de edad, pero con más agilidad logra soportar el peso de esa mirada, enmarcada eternamente en dos enormes pares de anteojos.
Dressel, además de pastor, es un teólogo luterano, autor de numerosas publicaciones y durante 20 años dirigió el Ökumenischen Studienwerk u Obra Estudiantil Ecuménica, un programa de becas de la ciudad alemana de Bochum con el que logró rescatar en las décadas del ’70 y ’80 a estudiantes y dirigentes políticos de América latina, Asia, Africa y el Caribe.
"El Colectivo de Exiliados" de aquellos años fue quien impulsó en Buenos Aires su homenaje. Ellos recibieron a ese pastor aún inmenso, lo acogieron y lo acompañaron en cada momento de su estadía. Lo hicieron también quienes están fuera del país.


sábado, 26 de mayo de 2007

El merecido Homenaje al Pastor Heinz F. Dressel

Frau Ilse Dressel y el Pastor, Heinz F. Dressel

Al gran
"viejo"
Dressel

Eran hombres y mujeres jóvenes, algunos con hijos pequeños, que pensando en el mejor país posible, hicieron pocas y grandes cosas. Pocas por la edad y grandes porque movieron el stablisment de quienes querían de por vida perpetuar la injusticia.

Ellos los genocidas no se lo permitieron, usaron todo el poder del Estado para exterminarlos: mataron, torturaron, encarcelaron, desaparecieron a miles y a muchos nos obligaron al destierro.
Con Terrorismo de Estado, hicieron el genocidio. Nos exiliaron.

Han pasado muchos años y, esos jóvenes, hoy hombres y mujeres, algunos con nietos, no han cesado durante todo ese tiempo haciendo cosas contra la injusticia, la impunidad, y por el juicio y castigo a los culpables. Aún siguen dispersos en el mundo, "repensando el País", "repensando el Territorio" que los expulso. Siempre quisieron, y no era posible, hoy han coincidido condiciones para hacer conocer a esta gran persona, 30 años después.
Cuanto tiempo y que difícil ha sido poder hacerlo!!!!!!!!!!.

Sin la intervención del Pastor Dressel y un puñado de personas que lo acompañaran como los Pastores Richard Engelhard y Armín Ihle, era muy probable que todos, engrosáramos las listas de desaparecidos y asesinados en Argentina, Brasil y Chile.
Salvó la vida a centenares de personas.

Y nos brindo todo lo que puede dar una persona, su casa, su espacio, su mensaje plural, dem0crático y humano pacifista. Luchador para el restablecimiento de una mejor convivencia y el restablecimiento de las Instituciones de nuestros países.

Por eso, este Homenaje, es en merecimiento a su grandeza humana.

Los gobiernos de estos países tienen la oportunidad de agradecer y recordar en su figura, a tantas personas que de una u otra manera a nivel individual, institucional o en los comités de solidaridad, también contribuyeron a parar la barbarie de los genocidas. A pesar de que sus gobiernos, participaron o miraron para otro lado el quehacer de los tiranos.

Para quienes tuvimos el privilegio de estar cerca de él, no lo olvidaremos jamás. Para los gobiernos, es la ocasión de afianzar un poco más la mejor calidad democrática.

El Arquitecto y Urbanista Ramos-Marrau


Intervención de Francisco P. Ramos-Marrau en el seminario “Testimonios de la Solidaridad Internacional” el 7 y 8 de Marzo de 2007, en el Palacio San Martin de la Cancilleria Argentina.

La solidaridad desde el exilio

"Fue fundamental en la denuncia del genocidio, en el fortalecimiento institucional de las organizaciones de DD.HH y en la solidaridad con el pueblo argentino. Impulsa los Juicios a Militares y Civiles involucrados en crímenes de lesa humanidad, consolidando el principio de Justicia Universal.
El exilio es una de las asignaturas pendientes de la sociedad, y de la política gubernamental de Derechos Humanos"

Quiero agradecer la decisión de realizar este seminario y a las personas que lo han organizado.
He retornado hace relativamente poco tiempo.
Tras un corto e intenso periodo en Brasil, estuve en Alemania y España.
En Brasil, fui detenido con Matías, mi hijo, y su madre. La detención se produjo en San Pablo, juntamente con el matrimonio Ricci- Brega.
Salimos en libertad, por la solidaridad de muchas personas brasileñas, a quienes recordare toda la vida. La liberación del matrimonio Ricci-Brega y su posterior exilio político en Suecia, se produjo ante la instancia que presentamos en el ACNUR.

Si bien allí inicie el exilio, con ciertos torbellinos por los coletazos “de la Operación Cóndor”, era de transito, por tanto, considero que mi exilio, comenzó en Alemania y continuo en España. Por la limitación del tiempo que tiene cada ponencia, tratare de trasmitirles estos largos e intensos periodos, con algunas pinceladas significativas. En la última parte enunciare algunas reciprocidades inconclusas.

En mi primer exilio en Alemania, coincidí con una treintena de familias Argentinas exiliadas, gracias al salvataje del Sr. Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana. Este grupo de exiliados expresaban la diversidad ideológica de la Argentina, distante al de tres o cuatro partidos modelados en democracia. Representaban todas las sensibilidades, salvo a los tiranos.

En la formación del organismo que nos permitiera realizar la denuncia y solidaridad con Argentina, llego otra treintena de personas, con sus familias, que habían salido en libertad después de estar presos bajo el poder Ejecutivo.

Así es que formamos el (CAD) Comité Argentino por la Democracia, que organizo muchos actos de denuncia de lo que pasaba en Argentina, campañas, como la del mundial del 78 y fundamentalmente, ayudo al fortalecimiento de organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y abuelas de Plaza de Mayo.
Mirando retrospectivamente esa época, sobresalen la "asamblea fundacional del CAD", en la Ciudad de Colonia, Alemania, en donde se acordó trabajar por consenso, priorizando la tarea de denuncia a la junta militar y la solidaridad al pueblo argentino, sobre la parcialidad partidaria.
El trabajo de denuncia realizado, creando opinión en los medios de comunicación, y espacios favorables, para, quizás lo más importante, la logística, ofrecida a las Asoc. de DD.HH, que fue significativa para que crecieran institucionalmente.

El CAD trabajó desde 1978 hasta 1985, publicó un periódico en alemán y español, “Die Argentinische Nachrichten” que se podía encontrar en algunos kioscos de ciudades donde había exiliados, y era un instrumento de denuncias y relaciones en actos, y citas oficiales. “Noticias argentinas”, en español, era para amalgamar a los propios exiliados que formaban el CAD, e informar a los exiliados de otros países.

(he dejado de lado las vicisitudes que el exilio le impregna a cada exiliado, y que son tantas y tan extensas, porque dan lugar a tratarlas en otros escenarios,)

La agenda, además de nuestras reuniones nacionales, (estábamos diseminados en todo el país) estaba compuesta por actos de denuncia y solidaridad, por las innumerables tramitaciones en municipios, iglesias e instituciones de todo tipo para hacer conocer y apoyar, como decía, a las incipientes organizaciones de DD.HH, como Familiares, Madres y Abuelas de Plazo de Mayo.

El trabajo fue de militantes por la democracia. Adaptar el trabajo en otro ámbito cultural diferente y una lengua difícil, fue menos dificultoso que la carencia de expresiones políticas afines, como lo tenían los exiliados chilenos, por ejemplo con los partidos socialistas y comunistas. No obstante al cierre de nuestro comité, el partido de Los Verdes, que ya estaba bastante consolidado, el SPD, Amnesty Internacional, ONGs y las Iglesias Católicas y Evangélicas fueron un gran pilar de nuestra labor.

Simultáneamente, cada exiliado intentaba fortalecerse personalmente, yo comencé a desarrollar mis pasos en el urbanismo. Primero completando mis estudios en la facultad de arquitectura y urbanismo de Aachen. Posteriormente, trabajando en la facultad y en la ciudad. Fue permanente la incursión investigativa sobre la planificación territorial.

Los años 90 me encuentran en mi segundo exilio, en España. Allí, el exilio político activo, estaba contenido fundamentalmente, en la Asociación Argentina Pro DD.HH. de Madrid, cofundada por Carlos Slepoy, y en la Plataforma contra la Impunidad de Barcelona.

Desde que el Fiscal Español. Carlos Castresana, en 1996, a los 20 años del golpe, pone la denuncia ante la Audiencia Nacional, en Madrid, los exiliados, con sus asociaciones, pasan a ser Parte de la "Acusación Popular" en los juicios. La instalación de la posibilidad de que la Audiencia Nacional Española, tuviera competencia, para juzgar los crímenes por genocidio, de crímenes de Lesa Humanidad; que son imprescriptibles y que se deben juzgar independientemente del lugar en que fueron cometidos, en gran parte se debe a la tarea desarrollada por los exiliados argentinos.

El haber logrado que la Audiencia Española, se expidiera favorablemente, tiene mucho que ver con el intenso trabajo desarrollado: Eventos explicativos de la necesidad de estos juicios, fundamentalmente, por lo ocurrido en Argentina, en Chile, y en Guatemala, y sobre todas las cosas, porque internacionalizaba la responsabilidad que tiene la Comunidad internacional ante estos gravísimos hechos criminales y que están contemplados en la declaración sobre DD.HH de las Naciones Unidas, desde hace ya 58 años, y que hasta ese momento era papel mojado.

Fue inolvidable, la vigilia del 28 y 29 de octubre de 1998, en calle Génova, dónde está la Audiencia Nacional, a 100 metros de plaza Colón. Con la plaza repleta de gente, esos 100 metros y los medios de comunicación del mundo, pendiente de esta histórica resolución. Los discursos de los abogados de las acusaciones particulares, en el recinto, y la brillante y emocional intervención de Carlos Slepoy, aclamadas por todos. El Pleno de la Sala de la Audiencia, por unanimidad, vota a favor. Y el abrazo y los llantos duró toda la jornada.

En la organización de la vigilia participaron los exiliados de toda España, de Alicante, de Valencia, Sevilla, Barcelona y Madrid; Y de Francia, con exiliados de Paris y Grenoble. Que habíamos tenido un encuentro preparativo, en Barcelona.

Desde allí salieron las consignas que se vieron en todo el mundo: “una noche sin sueño para que la humanidad viva mejor”.

Hasta ese momento habíamos organizado la campaña de firmas europea para conseguir 500.000 firmas de apoyo a los juicios, que las entregamos públicamente en la Audiencia Nacional, de Madrid.

Aunque aún siguen llegando, entre 1997 y 1999 pasaron por Madrid centenares de victimas del genocidio, para dar sus testimonios ante el juez Garzón: (algunos de ellos están presente en este seminario) Horacio Vervinsky, Marcela Bordenabe, Graciela Daleo, Mario Villani, Miguel D´gostino, una delegación de la CTA., con Víctor Degenaro, Víctor Mendillin, Alberto Piccinini; Hebe de Bonafini, Stella de Carlotto, una delegación de La FUA., Víctor Basterra, Adriana Calvo, Adolfo Pérez Esquivel, Emilio Mignone, Alfredo Bravo, el Pastor José de Luca, que nos ha abandonado hace muy poco,.... y muchos más.….. Barcelona fue escenario, de un seminario internacional contra la impunidad en la Casa Central de Abogados, cuando era incipiente el desarrollo de los juicios, y Madrid, con un Congreso Internacional, sobre el principio de justicia Universal, en el salón de actos de la Facultad de Medicina, para intercambiar experiencias y contribuciones teóricas a algo que ya había comenzado sin retorno: la aplicación del principio de Justicia Universal.

Durante dos días, personalidades del mundo analizaron la nueva buena que traía la experiencia madrileña. Junto a Rigoberta Menchú estubimos entre otros, Estela de Carlotto, Horacio Vervinsky, José Luis Galán, Carlos Castresana, Carlos Slepoy. Fueron eventos internacionales importantisimos, mentados por el exilio y coorganizado por el exilio para la Justicia Universal. Una buena contribución para la lucha contra la impunidad.

Parte de este camino lo transitamos junto al exilio chileno formando “la Coordinadora contra la Impunidad en Chile y Argentina”. La detención de Augusto Pinochet en Londres, el procesamiento y sentencia de Scilingo, numerosas causas abiertas, y sobre todo la detención en México de Ricardo Miguel Cavallo, por la participación en delitos de lesa humanidad cometidos en Argentina, la posterior extradición y detención del ex marino, en España. Es el mejor ejemplo de los pasos que a partir de estos juicios está dando la Justicia Universal.

Toda esta arquitectura para poder juzgar a los genocidas, tuvo el reflejo constante en las primeras páginas de los periódicos. Está todo documentado. Esta contribución, con los juicios en otros países, y que continúa, (hace pocos días se ha pedido la extradición de 40 militares y civiles) tuvo una enorme influencia en el cauce de los juicios en Argentina, para abrirlos o continuarlos y para el desarrollo del fortalecimiento de la política de DD.HH.

En España, continué mirando al país con ojos de urbanista. Cómo incorporaron la infraestructura, el catastro, la planificación del territorio y la gestión de las regiones!!!, cómo lograron mayor equilibrio social!!!

Ahora bien, aunque históricamente el destierro ha sido la pena máxima que se le aplicaba a alguien para castigarlo, para los argentinos este concepto a funcionado extremadamente ambiguo.

Que los meritos a la labor del exilio no se la ha reconocido suficientemente y por lo tanto no se la ha divulgado, todos lo sabemos. La desaparición de 30.000 personas, las torturas sufridos por miles de personas y las detenciones de tantas otras en campos de concentración o cárceles, han tapado la categoría de castigo al exilio argentino, dejándola huérfana en esa familia de victimas a la violación de los derechos humanos, y tampoco ha permitido darle la dimensión que tiene, el inmenso trabajo desarrollado para una Argentina más justa y democrática.

No se ha tratado bien al exilio, o mejor dicho no se lo ha tratado. La ciudadanía tiene conceptos confusos del exilio. Todos recordaran, a mi me lo han contado, que cuando se estreno la película “Tango, el exilio de Gardel”, de Pino Solanas, o “Mirta desde Liniers a Estambul”, de Jorge Coscia, el tema del exilio intereso poco, por eso se las presento más como una historia de tango o de amor... después tuvieron bastante éxitos.
Las numerosas organizaciones de DD.HH en Argentina, que han trabajado y muchísimo por las victimas, por la verdad, la justicia y la memoria, lo han hecho de acuerdo al grado de las victimas. La vida las fue llevando a esta forma de defensa de los derechos pisoteados, y también, quizás, es una expresión del exterminio que ejecutaron los genocidas. Las causas, y consecuencias fueron iguales para todos, el dolor no tiene rango. Pero en definitiva, tampoco incorporaron al exilio como una bandera de la violación a los DD.HH, y los sucesivos gobiernos en la transición han, demostrado poco y nada.

Nunca hubo una verdadera política de retorno al exilio, y obviamente no se crearon los instrumentos para que ello ocurriese. Hay que revertir esta injusticia, no puede quedar este agujero histórico sin llenarse. A la memoria, de los hechos aberrantes, que destruyo al cuerpo social de la republica, le faltan piezas. Ojala que se completen. Más vale tarde, que nunca.

Por tanto, sigue pendiente, que se le de el espacio que le corresponde al exilio. Para la memoria de nuestro pueblo, para el reconocimiento a la contribución a la denuncia de lo que aquí pasaba y no se podía decir por el terror imperante. Por la contribución al fortalecimiento institucional a las organizaciones de DD.HH, y por la incansable lucha para que se haga justicia y que los genocidas vayan a cárcel común. Queda pendiente que el exilio tenga presencia en cada uno de los espacios de memoria; en la nominación de espacios públicos como plazas y calles de todo el país. Está aún pendiente una reparación histórica al exilio. Sabemos que las causas que traban estas decisiones no son económicas. Aunque muchas veces se ha mirado para otro lado con esta excusa.

He retornado, no hace mucho, y estoy contento de haberlo hecho, porque hay un marco social y político mejor, están muchos de mis afectos y hay tantas cosas para hacer en este sitio, que vale la pena. El solo pensar en una Argentina Planificada, con justicia y equidad me entusiasma enormemente.

En estos 30 años, he tenido dos momentos personales significativos sobre el reconocimiento al exilio,- el primero fue en septiembre de 1977, días después de llegar a Alemania, cuando el Sr. Heinz Dressel, Pastor de la Iglesia Evangélica Alemana, me presenta ante la comunidad de la ciudad de Bochun, en un Acto realizado al efecto, dándome la bienvenida a la ciudad y al país. En su discurso dijo: "queremos que esté en paz, nosotros, queremos contribuir a eso ofreciéndole el calor humano que necesita todo persona que ha luchado por la libertad, que ha visto peligrar su vida por el terror incomprensible de los militares, que en Argentina han hecho derramar mucha sangre. Y que con otros países de la América latina han hecho un plan siniestro del imperio del terror….." Cerro su intervención "deseando que el exilio, sea lo más corto posible, porque él sabe, lo que significa el destierro, y que el posterior retorno sea justo y permita el aporte que necesita todo país que retoma el camino institucional". Estas palabras, han quedado grabadas para siempre. No es para menos, fueron dichas, después de salir del terror, con la tres A, el golpe militar, y la situación de riesgo, incluyendo cárcel en Brasil, por el mencionado Plan Cóndor, y tenia un mensaje al final, sobre el retorno y la contribución al país.

El segundo momento lo viví en la ciudad de Concordia, a principios del 83, había venido a visitar a mi familia, por primera ves, después de 6 años. Una compañera de los tiempos de Córdoba, Olga Fonsea, ejerciendo el exilio interior, me invito a un asado, que para mi sorpresa, fue multitudinario, lo habían organizado para homenajear a los Exiliados y a los Ex-Presos políticos.

Este seminario, en el que incorpora al exilio, organizado por el gobierno de la Nación Argentina, a casi tres años de mi retorno, a 24 años de la vuelta a la democracia y cerrando el ciclo de homenajes por el 30 aniversario del golpe genocida, es un seminario que empieza a poner, en valor, la labor del exilio.
Bienvenido sea.

Este es, por lo tanto, mi tercer momento personal significativo.

Es posible que en los próximos meses sumemos más momentos especiales, cuando el Sr. Dressel, que salvó a centenares de personas de Chile, Argentina, y Brasil, y acogió en la ciudad de Bochun, a los exiliados en su casa, el campus de la iglesia Evangélica Alemana, reciba el merecido homenaje. Muchas, muchas gracias.

finalmente, creo prudente recordar que no es natural que Jorge Julio López esté aún desaparecido.

viernes, 25 de mayo de 2007

El ex diplomatico que salvo la vida de decenas de argentinos en la dictadura


7 de marzo de 2007

Actuó como consejero político de la embajada de los Estados Unidos.
Visitó el país para integrar un seminario
sobre solidaridad internacional.

Tex Harris
"El Nunca Más debe ser
dicho para todo el mundo"
"El mensaje de la Argentina al mundo es muy importante".


Natasha Niebieskikwiat
natashan@clarin.com

A
llen "Tex" Harris regresó una vez más a la Argentina, donde su actuación como consejero político de la embajada de los Estados Unidos bajo la administración de James Carter fue crucial para que comenzaran a colarse por allí las denuncias e informes sobre los desaparecidos y otras violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura militar.

Harris fue el ejecutor del plan que llevaron a cabo los funcionarios demócratas de aquel entonces (Carter sucedió a Gerald Ford y a los restos de la administración de Richard Nixon) aún contra la postura de otros influyentes colegas que buscaban mantener buenos vínculos entre los Estados Unidos y el régimen militar.

Harris volvió ahora como invitado de lujo del seminario Solidaridad Internacional, que el canciller Jorge Taiana encabezó la semana pasada y que reunió aquí a diplomáticos y personalidades internacionales.

La siguiente es una breve reseña de su larga entrevista con Clarín, después de una serie de conferencias y antes de partir hoy a Estados Unidos.

— ¿Cómo se ve en Estados Unidos la política de derechos humanos del presidente Néstor Kirchner?—
Ya no soy un experto en la Argentina. Pero puedo decir que el mensaje que está dando la Argentina al mundo es muy importante. El "Nunca Más" debe continuar diciéndoselo a todo el mundo y, gracias a Dios, es lo que están haciendo hoy.

— ¿Pero Kirchner es visto como un punto de inflexión en materia de justicia?—
El gobierno de Kirchner es visto como un crítico portavoz en el mundo de las horribles consecuencias de la profundas violaciones a los derechos humanos. En el seminario hablamos de Roma en el año 65 antes de Cristo (cuando se suprimieron los derechos civiles), de Argentina en 1976 y de los Estados Unidos en esta centuria; y de cómo responde un gobierno a un bajo pero letal nivel de amenaza terrorista en el mundo. Y observamos cómo las lecciones aprendidas sobre los derechos humanos son críticas tanto en Roma, en Argentina y en los Estados Unidos de hoy.

— ¿Se refiere a la "cruzada" estadounidense en Irak—
Ese es un debate que está teniendo lugar en los Estados Unidos. La semana pasada el diario The New York Times publicó una lista de demandas para que se adopten cambios inmediatos en relación a los derechos humanos, incluyendo la restitución de las libertades individuales, el fin de las escuchas telefónicas, el cierre de la base de Guantánamo (Cuba) y otros grandes pasos que son parte de un gran debate hoy.

— ¿Coincide con los pedidos desde Latinoamérica para que el ex secretario de Estado Henry Kissinger sea juzgado por su apoyo a la guerra sucia de los '70 ?
— No conozco las bases de ello. Pero sí estoy satisfecho porque las conversaciones que Kissinger tuvo en aquellos años (un material comprometedor) están siendo traídas a la luz gracias al trabajo de la ONG Archivo de Seguridad Nacional. Luego, que sea juzgado por la historia y por las autoridades judiciales.